Muerte, vida, adiós, reencuentro, amor, desengaño, esperanza…
Nuestros ancestros usaban constantemente la danza para innumerables rituales, pero eso ya lo sabéis.
Hoy está demostrado el beneficio terapéutico de técnicas cómo: musicoterapia, danzaterapia, y se aplican en varias áreas que tendrían que ser detalladas por un profesional y lo siento pero no es el caso.
No tengo ninguna fórmula empírica para demostrarlo, solo mi mundanal y subjetiva deducción pero he observado durante años los efectos de la danza en terceras personas y los vividos en mí misma.
Llevo años y años viendo bailar a gentes varias en multitud de formaciones y variedades musicales y sin embargo me sigue cautivando la magia, la sonrisa, sus miradas cómplices, la unicidad y belleza de sus movimientos, la evasión que se respira…
Para mí la música y en especial mi ”monodanzaterapia” es mi termostato particular. Siempre está ahí, me baja de las nubes, me sube del pozo, baila conmigo cuando estoy maquillada y también en pijama y zapatillas, siempre es oportuna y sabe que me apetece en cada momento. Cuando llega el silencio, todo es un poco mejor, por eso os digo…danzad, danzad, malditos.
Susana.